
Desde mi punto de vista, existen dos tipos de escritores: los que coleccionan libretas como si cualquier día de estos fueran a montar su propia papelería y los que muestran un desprecio total y absoluto por el material donde escriben (siempre que esté limpio, claro). En realidad se me ocurren otras muchas maneras absurdas de dividir a los escritores en categorías pero hoy ha tocado esto.
Adivinad de qué tipo soy yo.
Exacto. Del que tiene más libretas de las que nunca llenará. Del que sigue comprando libretas porque, Oh, mira que bonita es o Es que es tan barata… Del tipo del que ya no sabe qué hacer con tanta libreta. Además, que todas las marcas hayan empezado a vender papelería mona ha supuesto un serio problema, tanto económico como de espacio. Vas a comprar zapatos, ahí tienes libretas. Vas a la perfumería, libretas. ¿Venden ya libretas en Mercadona? Esperad un poco y veréis…
También tengo que decir que las libretas forman parte del Kit Imprescindible del Escritor. Yo no me imagino la vida sin ellas, la verdad. Las utilizo para todo, para el trabajo, para apuntar recordatorios, para dejar notas, para apuntar ideas… Y esa, queridos míos es la función principal de la libreta del Kit Imprescindible del Escritor (KIdE, para abreviar).
¿Por qué necesitas una libreta en tu vida?
Hay que asumirlo: las ideas son unas cabronas. A todos nos ha pasado eso de tener una idea fantástica en un momento en el que no estamos precisamente sentados escribiendo. Con toda nuestra ingenuidad pensamos Ah, no importa, es una idea tan, tan buena que seguro que me acordaré más tarde.
ERROR.
Esa idea no volverá jamás y lo sabes. La has perdido para siempre. Esa idea, la que seguro te iba a hacer millonario, ganar el Planeta, el Nobel y la lotería, no volverá a asomarse a tu cabeza. Asúmelo. Mi variante favorita de este pequeño drama que nos impone la vida es cuando estamos a punto de quedarnos dormidos y pensamos que nos acordaremos por la mañana. Si me dieran un euro por cada vez que no he apuntado una buena idea (o una idea a secas, tampoco nos vamos a poner geniales ahora) por no sacar el brazo fuera de las mantas sería rica. O, como mínimo, podría comprarme un par de zapatos. De los buenos.
Las ideas no esperan y eso lo sabemos por experiencia, así que lo mejor es apuntarlas. Y hacerlo inmediatamente, cuanto antes, vaya a ser que las muy golfas se vayan a otra parte. Por eso, amigos míos, necesitáis una libreta siempre con vosotros. Da igual el tipo de libreta, aunque tengo un par de recomendaciones: una pequeñita, barata, para llevar encima siempre, y una un poco más grande para tener en casa donde poder desarrollar las ideas. No aconsejo gastar mucho dinero en este tipo de libretas, porque muchas veces, inconscientemente, nos frenamos a la hora de ‘manchar’ esa libreta tan bonita y tan cara con ideas que te parecen un poco tontas. Si no tienes este problema, perfecto, pero debes saber que Primark o Tiger (por poner un ejemplo asequible) tienen libretas muy, muy pero que muy bonitas y bastante baratas, por lo que siempre da menos reparo llenarlas
Yo, personalmente, tengo una pequeña para el bolso, pero confieso que algunas veces se me olvida al cambiar de bolso (o si llevo uno pequeñito), así que en estos casos extremos utilizo una app de Notas en el móvil. Lo importante es que apuntes lo que se te haya pasado por la cabeza, da igual lo absurda que te parezca o lo borracho que vayas, a veces podrás sacar algo provechoso de ellas, o en otras ocasiones simplemente serán basura, pero al menos sabrás que no se ha escapado una buena idea.
Además, en el escritorio tengo otra libreta donde apunto ideas, frases o cualquier cosa que me parezca inspiradora. Aquí procuro hacerlo con todos los detalles posibles porque eso que te parece tan vívido y claro en este momento no lo será tanto cuando hayan pasado tres meses. A veces leo notas escuetas y me pregunto ¿Pero qué c*** estaba pensando? y lo más triste es que en su día me parecerían grandes ideas. Aquí también vuelco las ideas de la app y de la libreta portátil, con la intención de tenerlo todo bien ordenado y añadir más detalles. Esta libreta es más grande, un poco más pequeña que una cuartilla y es de las bonitas (en concreto, si tenéis curiosidad, es un modelo de Springfield de hace unos años)
En definitiva, la mejor libreta del mundo es la que llevas contigo.
Y vosotros ¿de qué tipo sois? ¿Utilizáis libretas para apuntar las ideas o confiáis en vuestra memoria? ¿Sois más de papel o digitales? ¡Quiero saber!
Foto | Waferboard